"Para mí, para mis amigos, para cualquiera interesado en leerlo.
Nada especial, solo hobby."

-AldhaRoku

domingo, 5 de febrero de 2017

Capítulo 9

    Me desperté de golpe por un fuerte ruido que se escuchaba, pude ver que no era el único levantado, Nicole, y Nelson estaban despiertos también.

    – Son helicópteros. – Voltee a ver, era Michelle quien dijo eso, la cual veía con la mirada perdida hacia el cielo a través de una ventana. Nos asomamos a ver, hicimos ruido, despertamos a Héctor de hecho el cual estaba en el sofá.

    – ¿Qué pasa? – Se despertó María quien estaba en la cama durmiendo, se estrujó los ojos y bostezo, todos nos acercamos a la ventana para ver la lluvia de helicópteros que se dirigían a la ciudad.

    – ¿Pero qué mierda? – Dije en voz baja. Cesó el ruido.

    – ¿Qué creen que fue eso? – La típica pregunta hecha por Héctor. Pero nadie abrió la boca, realmente todos estábamos en las mismas, despertó Joan y le contamos. Sobre los helicópteros, sé sorprendió, y dijo.

    – ¿Aquí? ¿En está mierda? – Asentímos todos a la vez, parecía una escena de comedia. El día había empezado, y eso era un hecho, Anoche antes de dormir preparé una masa con harina de trigo así que durante la mañana luego del sorpresivo incidente encendí el honor e hice unos panes, fue nuestro desayuno continental, y como si fuéramos una organización criminal o maquiavélica, después de comer, todos nos reunimos en círculo en medio de la casa para dialogar, y comenzó la conversación.

    – ¿Cuál es el plan ahora? La comida no durará para siempre. – Preguntó Nelson. – Estoy de acuerdo, pero antes de la comida creo que deberíamos primero pensar en buscar al resto del grupo, dijo Joan.

    – Completamente de acuerdo contigo. – Recalqué. “También” Respondieron los demás al unísono.

    – No estás hablando de nada fácil, pero es verdad. – Habló Nelson.

    – Hasta ahora sabemos que Carlos murió en el choque, Lucas se convirtió en caníbal y mató a Diana durante la noche de separación, Yo encontré el cadáver de Kyoko así que podríamos decir que perdimos a cuatro amigos, a lo seguro pues, estamos aquí, María, Michelle, Nicole, Nelson, Johan, Héctor y Yo, así que hay siete sobrevivientes a lo seguro, ¡Ah!, casi lo olvidaba, Kenyí está a salvo también, él está en Makro junto a muchos sobrevivientes, es un refugio.

    – ¡Gracias por esa información ALDHA! ¿Algo más que ocultar? – Recalcó Nelson en tono regañón.

    – Bueno, no la vi relevante en estos momentos… ¡Como sea! Cuatro muertos, ocho vivos, y los demás desaparecidos aún. Sabemos que Songer y Elio se fueron con mamá.

    – ¡Esos ya están muertos! – Dijo Nelson.

    – No, fuera de joda, deben estar si bien no en Brasil, en Villa Venecia, Indriago y Megan, ¿alguien sabe algo de ellos? ¡Nada! Como imaginé, tampoco sabemos nada de Edinson y Veruska, y Ángel y Angélica están desparecidos también, hay razones para creer que Hernán y Yue podrían estar bien, aunque tampoco es seguro y de Kamui no sabemos nada. Eso nos deja con, uno, dos tres… once amigos desaparecidos, si todo sale bien, y realmente existe un Dios y quiere probar su divina misericordia entonces los helicópteros que vimos tempranos pararan la plaga de comegentes y será más fácil encontrarlos. Quizás hasta ellos mismos los ponga a salvo. Pero ahora, ¿Cuál es el plan? – Pregunté.

    – ¿Qué no es obvio? Esos marisquitos no se saben cuidar solos, hay que buscarlos. – Dijo Nelson. Nos animó con una sincera sonrisa.



   Entonces el plan estaba listo y horneado, En la casa se iba a quedar Michelle, Héctor y Nicole, Héctor no era bueno corriendo y mucho menos bajo presión, Michelle estaba saliendo de un trauma psicológico grave, y Nicole, bueno, su prima era demasiado sobreprotectora como para arriesgar su vida.

    – ¡Si te mueres te mato! – Le comentó Nicole a María.

   – Nah. – con un simple comentario y un abrazo fraternal ya estaba lista para unirse al resto e irnos, Nelson Armado con una lanza improvisada, hecha en casa, Joan con su Sable, yo con mis confiables cuchillos y mi armadura de tirro en los brazos y María con un bate de aluminio ensangrentado, estábamos listos para emprender la búsqueda de nuestros amigos, parecíamos guerrilleros del oriente, solo nos faltaban las bombas para salir gritando a morir.




    Salimos con toda la confianza del mundo de la casa de playa, habían unos dos o tres, “pan comido” te apuesto a que todos pensamos en lo mismo, acabándolos con gran facilidad, nos subimos en el auto dónde Joan llego, no era muy grande, pero era bonito, aunque su falta de parabrisas me perturbaba un poco.

    – Creí que estaba estrellado. – Le dije en voz alta mientras el viento nos pegaba en el rostro.

   – El vidrio estaba tan estrellado que no veía nada, y lo quite con las piernas, salió muy fácil. – Respondió Joan, entonces con Nelson al volante nos lanzamos directo al hueco e’ culo que era Cumaná ahora, << Más que antes >>.



   Hermoso e iracundo sonada el motor de ese pequeño auto sin vidrios, antes de darnos cuentas llegamos  Cumaná, tomamos el camino de la autopista, habían muchos autos abandonados, pero se podía pasar, llegando a uno de los cuarteles, se nos iluminaron los ojos, habían tres o cuatro militares zombis, << Si es que se les puede llamar así a esas cosas claro >> pero la razón que hizo que nos pararan los pezones a cada uno, no fue sino aquel bello vehículo militar marrón claro, ruedas enormes, acorazado, asientos amplios, nos bajamos entonces de la carroza con patas dónde venimos y acuchillamos a los comegentes rápidamente.

    – Bingo, el que maté tenía una pistola. – La reviso y pude notar que aún tenía balas, así que jodidamente apasionados nos dirigimos al vehículo, Nelson abrió la puerta del conductor rápidamente y por la emoción no se dio cuenta, pero había un comegente adentro, la criatura enorme, de aproximadamente dos metros con cinco centímetros, se abalanzó sobre él  y empezó a estrangularlo, Nelson no podía hacer nada con ese mastodonte además de poner su brazo bajo el mentón del monstruo para que no le mordiese, en la sorpresa María se petrifico un poco, Joan fue a apuñalarle con la lanza, pero la presión del momento no le hizo pensar bien o al menos eso creo, porque no le apuntaba  a la cabeza sino al cuerpo, por suerte pude reaccionar a tiempo, quité el seguro de la pistola y acercándome para minimizar las posibilidades de fallo jale el gatillo dándole en toda la cabeza y acabando de una con ese mastodonte. Joan me ayudo a quitar el cuerpo del titán de sobre Nelson, el cual se ahogaba y no encontraba como reponer el aire, María se hiperventilaba un poco. Rato después, cuando todos nos dimos un aliento, hice algo que creó no había hecho, un discurso.

     – No somos héroes, no somos guerreros, solo somos unos amigos, que quieren reunirse con su equipo porque eso hacen los amigos. No hay porque decepcionarnos de nada, porque hemos hecho más… Más de lo que creo cualquier otra persona hubiera hecho, hemos sobrevivido. – Con esas palabras, aunque simples pero emotivas, creo que los muchachos recuperaron la confianza con la que salieron de la casa de playa, porque más temprano que tarde, nos montamos sobre el vehículo militar, Nelson Conducía, María iba de copiloto, Joan y yo íbamos atrás, Joan miró hacia el suelo del vehículo y encontró unos cartuchos y me pregunto.

    – ¿Aldha, estos te sirven? – Sin más, seguimos nuestra ruta para buscar a nuestros amigos.



   La autopista nos llevaría a la llanada, y aunque la esperanza de vida que nos imaginábamos se remontaba a hordas de comegentes o en su defecto, soledad y escases de personas, el panorama era completamente distinto, había tukkis y degenerados en motos por doquier, parecía como si una alcantarilla se destapara y toda la mierda acumulada saliera, era exactamente eso, pero con motorizados, cada uno cargaba consigo armamento militar AK, rifles, varetas y Cannon Hands, algunos nos vieron y empezaron a dispararnos por diversión, aullaban de maneras ridículas y obtusas como solo en nuestra jodida imaginación pensábamos, no había ni un comegente a la vista, pero este panorama era mil veces peor, cuando empezaron a dispararnos, Nelson acelero a toda marcha llevándose a unos cuantos por el medio, y las motos nos siguieron, saltamos hacia cascajal y agarramos un atajo para eventualmente ir a Brasil, era el mismo panorama, tukkis, pandilleros, toda la bazofia reunida, los comegentes desparecían y los criminales armados de manera militar crecían, estaban los que apoyando la “causa” cazaban a los comegentes celosamente, pero en general  la mayoría estaba saqueando, ya no negocios, los negocios estaban muertos desde la  noche uno, entraban en las casas volando los cerrojos a fuerza de balas, había violaciones a la vista pública, desnudos, demencia, entonces adentrándonos más en Brasil lo vimos, un montón de sujetos agarrando armamento de una caja de manera del tamaño de un ataúd, quizás más grande, que tenía un paracaídas anclado, no hay necesidad de ser un genio para averiguar que pasaba, y todos nos dimos cuenta. Esas armas fueron “donadas” por el gobierno para que el pueblo hiciera su propia justicia, su solución fue darle armas a dementes, solo este país combatiría un problema, con uno mucho peor.
 



    Empezaron a disparar al parabrisas, por suerte era blindado, Nelson arranco, se llevó a uno por el medio.

    – ¡Nos regresamos! – Gritó Nelson dentro del vehículo, nuestros amigos tendrían que esperar un poco más, pasar de una apocalipsis a uno mucho peor. Llevándose a toda escoria que estuviese en el camino, ignorando cualquier concepto de respeto a la vida, retomamos camino a Guirintal, zona que por aislada era el lugar más seguro para estar ahora mismo, cogimos nuevamente por la autopista, no porque fuese más cerca, sino más bien para evitar a esos dementes, nos habían roto ya una rueda, pero con todo y eso el vehículo cumplió su deber, solo tenía en la cabeza, ¿acaso toda esa mierda, era la que nos veía con ojos de lastima a través de las ventanas de sus casas?, ¿o acaso toda esa gente que nos veía sin hacer nada, sumergidos en su falsa idea de seguridad ahora tendrá que sufrir esto?, la poca comida, las pocas medicinas, los pocos recursos que algunos tenía ahora se irán para esta gente que no la merece. Mientras pensaba en todo eso y más sentimos unos disparos, una moto nos siguió y estaban bien armados, le pedí a maría que se pasará al asiento de atrás y yo me puso adelante, todo en medio de la persecución, no iba a llegar a nuestro hogar con semejantes pegostes asquerosos, revise mi pistola y vi que aun tenia suficientes balas, y le dije a Nelson.

    – No te detengas. – Abrí la ventanilla superior del vehículo, tome un respiro profundo y sobresalí con la mitad del cuerpo disparando a lo loco esperando atinar, para mi suerte el segundo disparo le dio en toda la cara al conductor matándolo en el acto y haciendo que la moto se descontrolara con el parrillero atrás en ella, cayeron por un barranco enorme, celebré en mi mente, por unos escasos segundos, pero uno de los cauchos exploto y el vehículo se salió de control. Casi como un milagro la fricción me impulso hacia dentro del auto y no me dejo inerte porque el auto cayó por el barranco dando varias vueltas quedando de cabeza sobré unas rocas y unos árboles, todos perdimos el conocimiento por el accidente.




    La noche llego y nosotros despertamos, adoloridos como el culo, eso sí. Estábamos del lado del techo todos amoreteados, y con raspadas menores, yo me había clavado en el hombro la punta de metálica del rifle de Joan, no parecía haber penetrado el hueso, pero la herida era muy profunda y sangraba mucho, claro que ya me había acostumbrado a sangrar tanto. María al ver eso se estreso y lanzo hacia mí para atenderme, pero la estabilidad física del vehículo se desbalanceó haciendo que se volteará y callera de ruedas << enderezándonos >> en la tierra.




    Ya estábamos normal por así decirlo, María seguía preocupada y le pedí que se calmara, le pedí a Joan que jalara el rifle para sacarlo de mi brazo y efectivamente lo hizo, al tercer intento, la primera el dolor en mi hombro no me dejo continuar, la segunda se hizo el difícil, a la tercera es que salió de mi hombro, la sangré no paraba de salir, pero me arranque un pedazo de camisa que usé para amarrarme, sería más preciso decir que María me amarro la herida, me preguntaba continuamente si estaba bien y le respondía seguidamente que sí, que sí y que sí.

    – ¿Qué haremos ahora? – Pregunté yo

    – ¿Cómo que qué haremos? ¡Nada! Ya es de noche. – Respondió Nelson. – Pero estamos en medio de la nada, – ¿Quieres arriesgarte? A demás, aún si todo estuviera bien y no hubiera ningún comegente, y pudiéramos subir a la autopista nuevamente y coger un auto, mejor dicho, buscar un auto que sirva entre todos estos en plena noche, ¿te atreverías a conducirlo hasta Guirintal a esta hora?

     – Tienes razón Nelson, fue una estúpida pregunta. – Respondí

    – ¿Entonces a pasar la noche aquí? – Pregunto María, Joan se levantó para cerrar la dañada y medio rota puerta del techo del vehículo, Y dijo.

    – Cumaná mostró su verdadero rostro hoy.

   – No toda Cumaná, debe ser en todo el país – afirme yo.

    – La cagaron, la cagaron feamente. – Recalcó Nelson

    – Esta es la cara real de Venezuela.  – Afirmó María. Y sin más ánimos de hablar, nos largamos todos a dormir, mejor dicho, a obligarnos a dormir, luego de pasar toda la tarde durmiendo por el shock del accidente, era difícil juntar las pestañas. Pero no había opción, Mañana temprano había que regresar a casa, informar sobre nuestro “retraso” y hacernos de comer, que a más de uno ya nos gruñía la pansa.



    La caída del vehículo desparramándose por completo bajo el suelo arenoso y Pedroso del acantilado en la autopista nos despertó de golpe, él sol ya había salido, Johan abrió la escotilla superior dejando entrar la luz del sol dentro del auto.

    – Ya me estaba dando claustrofobia. –Afirmó Joan, prontamente salimos de esa carcacha hecha añicos y agarramos camino al pavimento.

    – Ojala consigamos un auto entre toda esa hojalata. – Dijo María.

    – ¿Un carro? No le pidas tanto a Dios que de vaina y no exploto nuestra habitación de anoche. – Reclamo Nelson.

    – Creo que este sirve. – Dije yo, había encontrado un auto escarabajo que parecía estar en bastante buen estado, solo sucio de lo que parecía ser sangre o mierda, aún conservaba la llave pegada, traté de encender el motor pero parecía que se ahogaba.

    – ¿No necesitará agua? – Preguntó Joan.

   – Aquí no creo que  vayamos a conseguir agua. – Recalcó Nelson.

  – Mejor sigamos buscando. –Dijo María. Mientras buscábamos entre el páramo de autos desolados vi que Joan se estaba alejando mucho, noté como se recostó de uno de los autos quizás a pensar las cosas o a descansar, pero mis ojos se abrieron como platos cuando noté que tras él se estaba levantando un comegente quien antes de que yo pudiera decir algo o antes de que él se diera cuenta se abalanzó sobre él mordiéndole el hombro. Joan gritó con gran fuerza, apretó sus dientes rápidamente para no llamar la atención de más comegentes << Si es que habían >> Entonces todos fuimos a socorrerlo, pero antes de que llegáramos Joan pudo poner a la criatura contra el pavimento y con la punta filosa de su Sable le dio fin al comegente traspasando su cabeza a través de su ojo, no se dio ni un momento para superar el susto o descansar por miedo a que hubiera más, regreso hacia nosotros quienes no pudimos hacer más que preguntar por su bienestar.

   – Pudo haber sido mi cuello, pudo haber sido mi cuello… – Repitió en voz baja el ensangrentado Joan quien se veía en estado de Shock.

   – Desde ahora no nos separamos a más de diez metros ¿vale? – Dije yo, Entonces seguimos buscando, en este caso yo y Nelson, María se quedó con Joan para tratar su herida, la que por suerte, si bien no era grave, ciertamente le arranco un pedazo de carne considerable.

    – Aquí, muchachos… ¡Conseguimos un auto! – Llamamos a los muchachos y nos montamos en el mismo para agarrar camino a Guirintal, hoy la búsqueda no seguiría dado a los sucesos ocurridos el día anterior. Ya dentro de aquella confiable camioneta Ford agarramos camino a nuestro hogar, esperando que los demás no hubieran hecho algo estúpido y que siguieran bien.

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